martes, 17 de mayo de 2016

¡EN MARCHA HACIA LA MAZMORRA! (UNA RESEÑA DE DUNGEON FIGHTER). PARTE 1 DE 3.

Artículo elaborado por Wolfie & Farmer Lenny para Slay The Dragon, 2013. Traducido por Frog2000. Parte 1 de 3. 

¿Eres un héroe o simplemente un desdentado charlatán?

Será mejor que seas un héroe, porque el Rey acaba de convocar a todos aquellos que dicen serlo y eso también te incluye a ti, y lo ha hecho con la intención de separar a los auténticos héroes de los falsos maleantes. Para ello os ha arrojado a ti y a otros como tú a un calabozo con un solo propósito: para que luchéis contra todo lo que os encontréis allí para salir con vida. El que sobreviva demostrará ser un verdadero héroe. Y el que falle… bueno, el Reino siempre ha necesitado un poco más de fertilizante. No será una tarea fácil, porque requerirá una gran habilidad y una pizca de suerte. E incluso cierto comportamiento estúpido.

Esto es... Dungeon Fighter.

Cómo se juega;

En Dungeon Fighter encarnamos el rol de alguien que quiere ser un héroe y que es arrojado en una mortífera mazmorra para demostrar lo que vale, y la única forma de escapar del lugar es abrirse paso por retorcidos pasajes peleando con monstruos y enfrentándose finalmente contra el jefe final. Eso si es que llegas tan lejos, cosa que parece poco probable.

Explorar la mazmorra es una tarea bastante sencilla. Por lo general, simplemente tienes que desplazarte a la siguiente habitación. Habitualmente tienes la posibilidad de elegir entre dos o tres caminos, algunos más sencillos, otros que no lo son tanto (aunque ofrecen buenas recompensas), y algunos francamente difíciles pero muy tentadores por las jugosísimas recompensas que otorgan.

El mapa de la mazmorra cambia en cada partida, y cada vez ofrece recompensas y desafíos diferentes. Los jugadores se enfrentarán a un solo monstruo por cada habitación, pero esa es la parte más difícil. Los jugadores atacarán a los monstruos lanzando los dados sobre un tablero que tiene forma de diana. No tienen que tirar los dados, sino lanzarlos. Lo que se saque con el dado poco importará (en realidad la mayoría de los dados están pintados de blanco de forma unilateral, con algunas de sus partes grabadas con un icono con forma de ojo), pero lo más importante es dónde ha caído el dado. Cuanto más cerca del centro lo haga, más daño le causará al monstruo. Si se falla, entonces el monstruo devolverá el ataque. La única restricción en los lanzamientos es que el dado debe golpear la mesa al menos una vez antes de aterrizar sobre el objetivo o la tirada contará como errónea.

Si se consigue la suficiente puntuación como para hacerle el daño que se necesita al monstruo y se reduce su puntuación a cero, este caerá derrotado y el héroe habrá ganado una recompensa o tesoro, pero luego hay que seguir moviéndose.

Por supuesto, hay muchas oportunidades de fracasar. Como ya he mencionado antes, si pierdes en tu tirada eso te causará cierto daño. Si durante tu jugada no matas al monstruo antes de que agotes tus tres dados de colores, todavía tienes otra opción: o bien la totalidad de los jugadores intentarán dañar al monstruo para conseguir que se te devuelvan los tres dados, o bien puedes utilizar los dados blancos para combatir, pero el problema que tienen es que son de un solo uso. Siempre se puede comprar más equipo en la tienda más tarde, pero conseguir el oro para hacerlo resulta muy laborioso, aunque sea bastante útil para adquirir objetos, armas, armaduras y puntos de curación. Si por una casualidad muriesen todos los héroes, entonces el juego se terminaría. Si un jugador es asesinado y el resto de compañeros acaban con el monstruo, ese jugador consigue revivir, aunque con una parte de sus puntos de vida menor, y perdiendo además alguna de sus habilidades especiales.

Cada jugador controla a un personaje que posee un conjunto de tres habilidades especiales que se activan cuando el dado cae sobre las zonas con el icono del ojo mirando hacia arriba. ¡Algunas habilidades se disparan incluso aunque te hayas olvidado de que las posees!

Hablando de habilidades especiales, lanzar los dados no siempre resulta sencillo. Dependiendo del monstruo con el que estés luchando, la sala donde se encuentre, y el arma que se esté utilizando, es posible que existan ciertos... requisitos que se han de llevar a cabo. Por ejemplo, puede que tengas que cerrar los ojos. Puede que tengas que sentarte bajo la mesa para hacer tu lanzamiento. Puede que tengas que tirar el dado con el antebrazo, o utilizar la mano de otro jugador para hacerlo. Puede que tengas que tirarlo por debajo de la pierna. Es posible que tengas que saltar en el aire, girar 180 grados, y tirar el dado antes de aterrizar.

Bajo las circunstancias adecuadas (o puede que en las equivocadas) incluso puede que tengas que tirar el dado con tu antebrazo, con los ojos cerrados y mientras estás saltando en el aire. Todo a la vez. Buena suerte.

Los jugadores ganan cuando derrotan al jefe final (ja, ja, ja.)

Los jefes finales son DUROS… eso si es que llegas tan lejos como para pelear contra ellos, claro.

Esta es la Mazmorra más "mazmorréica" de la historia.

La primera vez que oí hablar del Dungeon Fighter me pareció un concepto fantástico. ¿Luchar contra monstruos? ¿Tirar dados? ¿Idiotez supina? ¡Parece una apuesta bastante arriesgada! ¿Cómo podría cualquier combinación de todas estas cosas resultar en un juego que no fuese divertido?

No puedo decir que no me sepa la respuesta a esa pregunta, porque Dungeon Fighter es, simple y llanamente, un juego muy divertido. Uno de los mejores juegos paródicos a los que he jugado nunca.

El juego sólo incluye una dosis muy pequeña de estrategia. La mayoría de las opciones son sencillas y tácticas (¿tengo que utilizar el dado azul o el rojo?), aunque sí que existe cierta estrategia a la hora de escoger las armas y de cómo eliges utilizarlas. Pero este juego no va de elegir, sino de divertirse.

(Continuará)

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