martes, 5 de enero de 2016

MAMMA MIA DE UWE ROSENBEG

(Reseña capturada en la web de Dave Becker, 2011)

Mamma Mia de Uwe Rosenberg
Editorial: Abacus Spiele [Homoludicus en España], 1999.
Jugadores: 2-5
Duración: 30 - 40 minutos

Mamma Mia es un rápido y divertido juego de cartas para entre dos y cinco jugadores. Como ocurre con Guillotine y Family Business, Mamma Mia es perfecto para acompañar con unas cervezas y frutos secos, y también está indicado para esa extraña media hora final después de toda una noche jugando, para familias con jugadores jóvenes, o como juego introductorio para los no iniciados y también para socializar. Además, Mamma Mia tiene un pequeño componente de estrategia que mantendrá interesados a los jugadores más habituales mucho después de que se haya quitado el plástico del envoltorio del juego.

Las reglas del juego pueden explicarse en poco tiempo. Hay dos tipos de cartas en la baraja: los ingredientes de la pizza y los pedidos. Los ingredientes son de cinco tipos y se corresponden con los cinco colores de los jugadores: setas (marrón), aceitunas (morado), pimiento (verde), pepperoni (rojo) y piña (amarillo). Muchas de las personas que juegan al juego, incluido yo mismo, confundirán la piña con una cuña de queso suizo. El número de cartas de ingredientes puestas en juego depende del número de jugadores, pero en un juego con cinco jugadores habrá 13 para cada uno, reduciéndose cuanto menor sea el número de jugadores. Las cartas para pedir una pizza representan una de las 8 pizzas que tienes que intentar completar durante el juego. Los pedidos de pizza de cada jugador se establecen a través del mantel de fondo dibujado en la carta que coincide con el color del jugador, para ayudar así a poder identificarlos al final de una ronda. Algunos pedidos tienen un ingrediente de cada. Otros tendrán tres partes de un solo ingrediente y una de otro. ¡La descomunal pizza Bombástica requerirá 15 ingredientes de cualquier tipo! El objetivo del juego es completar tantos pedidos de pizza como resulte posible en el lapso de 3 turnos. Completar las 8 pizzas es la puntuación perfecta.

Durante su turno, el jugador debe colocar uno o más ingredientes de un tipo en el montón comunitario del juego con la intención de, más adelante, completar la pizza de su pedido. Luego, el jugador jugará de forma opcional una carta de pedido de pizza con la esperanza de poder completar dicho pedido al final de la ronda, cuando el mazo se haya agotado por completo. El jugador robará ingredientes o cartas de pedido de pizza para reforzar su mano hasta tener 7 cartas en su poder. La puntuación se decidirá al final del turno, cuando se clasifica lo acumulado y los pedidos estén ya rellenos. Si se revela uno de los pedidos de pizza y se comprueba que no se tienen los suficientes ingredientes disponibles, el jugador podrá añadir más ingredientes de su propio mazo con la intención de completar el pedido. Los pedidos completados sumarán un punto. Los pedidos de pizza incompletos se devolverán al montón de pedidos del jugador.

Parte de la estrategia del juego consiste en averiguar cuándo puede jugarse uno un pedido de pizza. Esperar a que todos los ingredientes se estén jugando sobre el tablero es una estrategia bastante segura, pero probablemente existe el riesgo de ser burlado por el resto de jugadores más agresivos. Una estrategia habitual es jugarse un pedido de pizza un poco antes de que todos los ingredientes estén disponibles, y guardar los ingredientes restantes en el mazo para completar el pedido al final de la ronda. Algunos jugadores apuntan mentalmente qué ingredientes están "reservados para los pedidos de pizzas". Otros jugadores barajan físicamente las tarjetas de ingredientes para asegurarse de poder completar el pedido más adelante.
Los contadores de cartas con buena memoria tienen ventaja en este juego, y el recuento de cartas es necesario si se quiere montar cualquier tipo de estrategia. Sólo las estrategias que surgen por suerte no necesitan de un análisis de los ingredientes que se están jugando en la mesa. Sin embargo, se pueden llevar a cabo ciertas acciones que podrían confundir los recuentos de las cartas por parte de los jugadores y conseguir así que su ejercicio memorístico choque en dique seco. Por ejemplo, el pedido de la "Pizza Joker" requiere un ingrediente específico y otros seis que se seleccionan al final de una ronda. Ya que el contador de cartas no puede adivinar qué ingrediente seleccionará el jugador para la Joker, eso evitará de forma efectiva que tenga presente al cien por cien qué ingrediente estará disponible. Con la "Pizza Minimale" también se puede jugar del mismo modo. Esta pizza requiere 3 ingredientes del grupo de ingredientes más pequeño que no pueden saberse durante el juego, ya que el grupo de ingredientes mínimos solo puede decidirse al final de la ronda. En general, cuantas más cartas se jueguen hacia el final de la ronda, más se podrá fastidiar al contador de cartas.

Otro punto importante a destacar es que cada jugador tiene un ingrediente favorito. Por ejemplo, en los pedidos de pizza del jugador verde hay propensión a usar los pimientos con un pedido que requiera CUATRO jalapeños, ¡ya que es una pizza picante! Si estás sentado al lado del jugador verde, valdrá la pena jugarte tus pimientos con moderación para que tu competidor no pueda hacer un buen uso de tus descartes. Otro buen consejo es convertirte en un jugador agresivo, sobre todo durante la última ronda. La ventaja es que si se tienen en cuenta los errores de otros jugadores, se puede conseguir que los ingredientes de tu pedido estén disponibles al final del turno. Un pedido de pizza sin completar, simplemente hará que vuelva a tu montón sin penalización alguna de por medio.

Los cambios en el juego se producen de acuerdo con el número de jugadores. En una jugada con dos jugadores, el montón de ingredientes es muy predecible, y sólo hay un oponente antes de tener la oportunidad de hacer un pedido. Por otro lado, una jugada con cinco participantes supone algo impredecible. Habrá 4 oponentes jugando antes de que llegue tu turno. Muchas veces resulta angustioso ver a tus oponentes apoderarse de los ingredientes que tan cuidadosamente te has estado jugado.

Durante una de esas jugadas con cinco participantes, me habría encantado que hubiese una forma de cambiar el orden de cada turno. Que los turnos den vueltas y vueltas de forma ordenada me parece algo aburrido. Una variante interesante podría ser la de permitir jugarse el turno cuando se cumplan ciertas condiciones. Por ejemplo, cada vez que necesites tan sólo un ingrediente de tu propio color para terminar un pedido. Si dos jugadores cumplen esa condición, el primero en gritar "Mamma Mia" recibirá el privilegio de jugarse el turno. Después de esta jugada preventiva, la siguiente persona en el orden de turnos jugaría a su vez el suyo. Otra modificación podría ser la de usar la carta de Mamma Mia como una especie de "giro destructor." Si tienes esta carta, podrías enarbolarla y al grito de "Mamma Mia" podrías jugarte tu turno.

En cuanto a la calidad de producción, le doy a este juego una puntuación extremadamente alta. Los dibujos de "Pizza Tony" y las cartas son coloridos, haciendo gala de un buen humor, y resultan agradables a la vista, aunque se podría haber mejorado el logo, ya que es bastante aburrido y resulta demasiado escueto para el reverso de cada carta ¿qué tal algo más colorido para la próxima vez? Las reglas están bien redactadas y pensadas, y nuestro grupo de juego no tuvo ningún problema para comprenderlas. Estoy bastante familiarizado con otros juegos de Uwe Rosenberg como "Bohnanza", pero basándome en la diversión y lo resultón que ha resultado jugar con Mamma Mia, estoy seguro de que investigaré más obras suyas en el futuro. Muy recomendable.

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